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El placer sexual

  

El placer es una sensación y/o sentimiento agradable, aunque a veces las maneras de buscar placer resultan negativas.

Hay muchas formas de obtener placer, puede ser físico o también disfrutando de cualquier tipo de masaje de los muchos existentes, algunos tipos de masajes nos acercan a otro tipo de placer, el placer que a casi nadie disgusta, el placer sexual, donde generalmente dos personas gozan de sus cuerpos mutuamente, aunque también puede realizarse a solas o en grupo.

También puede ser psíquico, con sólo utilizar el pensamiento puede llegar a sentirse dichoso de lo que se está imaginando.

Generalmente los conceptos de placer y dolor son opuestos, se supone que si hay placer no puede haber dolor e inversamente. Pero también es un hecho establecido y el cual es considerado inmoral, que se puede llegar a sentir placer haciendo daño a otra persona como en el caso del sadismo u obtener placer al sentir dolor en el caso del masoquismo, o ambas cosas sadomasoquismo.

¿Todas las personas tenemos las mismas sensaciones de placer?

Las personas vivimos de forma diferente el placer sexual unas de las otras. Influyen los sentimientos, los pensamientos y las relaciones de cada uno. Las sensaciones experimentadas son también individuales y dependen de la situación y de las diferentes formas de percibirlas. Es importante la confianza, el afecto, el deseo y la comunicación con nuestra pareja.

La respuesta sexual se produce en el hombre y la mujer únicamente si hay excitación, es decir, si se producen en el cuerpo cambios que permiten satisfacer el estímulo sexual. Los cambios principales se encuentran en los órganos genitales.

La respuesta sexual humana

Deseo sexual

Procede de nuestros pensamientos la estimulación o la postergación de los impulsos sexuales; estos pensamientos son inducidos por los órganos de los sentidos. Existen conexiones con centros de control hormonal. No se observan cambios visibles en el cuerpo, es un proceso mental.

Excitación

Se puede provocar por muchos estímulos diferentes: la visión de un cuerpo desnudo, una caricia, una mirada... El hombre se excita más por la visión y las mujeres más por el tacto, la mirada, una palabra o un gesto. Durante la excitación, en los hombres el pene se agranda y endurece, se pone erecto. En las mujeres la vagina se lubrica, la vulva se dilata.

Meseta

Aquí la respiración se entrecorta, las pulsaciones son muy altas y todos los efectos de la excitación aumentan. Al final de la fase de meseta, cerca del orgasmo, es habitual tener la sensación de no poder más. Si la excitación desaparece durante la meseta y no se produce el orgasmo, se pueden causar algunas molestias. En el hombre pueden doler los testículos y en la mujer se produce una congestión en la zona genital.

Orgasmo

Durante el orgasmo las pulsaciones y la respiración llegan a la máxima frecuencia e intensidad, se produce una gran tensión muscular y contracciones en la zona ano-genital. En el hombre se produce la eyaculación. También en la mujer se puede dar, en algunos casos, un orgasmo líquido, con una eyaculación parecida a la del hombre. Además de la respuesta física, se produce una respuesta emocional muy variada, que aparte de placer de gran intensidad, puede provocar gritos, llanto o risas. Aunque también es normal una respuesta mucho más contenida. Se ha demostrado que la dilatación pupilar es fugaz, como indicador de estas fases.

Resolución

Es la vuelta del cuerpo a la normalidad, después de haber experimentado un orgasmo. Tanto hombres como mujeres pueden experimentar más de un orgasmo en un solo coito, sin embargo, si en el hombre el orgasmo es acompañado de una eyaculación, se desencadena el periodo refractario, durante el cual el hombre no puede volver a excitarse. La mujer carece de periodo refractario.

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